2019-06-14

Columna de opinión de Camila Véliz: La Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata es la expresión de una memoria colectiva.

La académica Camila Véliz realizó una pasantía de investigación en el programa de Doctorado de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de la Plata en Argentina.Y ha querido compartir parte de su experiencia

Muchas son las cosas que han llamado mi atención; la docencia colectiva, el compromiso militante, el trabajo con los territorios y comunidades, los grupos de investigación. Pero hay un elemento que sobre sale: la Facultad está ubicada en lo que fue un distrito militar durante la última dictadura argentina.

En su página web institucional cuentan “cabe mencionar que el edificio de la Facultad de Trabajo Social perteneció al ex Distrito Militar, lugar de tránsito obligatorio de los jóvenes de La Plata y alrededores convocados para cumplir con la ley de servicio militar obligatorio. En abril de 1982 muchos de esos jóvenes fueron a Malvinas. Estos hechos del pasado reciente que vinculan a este edificio con la dictadura cívico-militar del 76 en tanto engranaje del aparato represor de la dictadura”.

Se han mantenido los muros perimetrales, Casa del Comandante, Garita de vigilancia, Galería calle 63, Árboles del Patio, entre otros espacios que han permitido un dialogo entre el pasado y el presente para la construcción identitaria del espacio. En diferentes espacios de la Facultad se puede encontrar reconocimientos a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo o a las y los compañeros detenidos desaparecidos.

En conversación con algunos docentes se destaca que la preocupación ha estado en que la memoria se viva que sea parte de la cotidianidad de los espacios de interacción de sus actores.

A partir de 1994, año de inicio de funcionamiento en este espacio, se realiza la Semana de la Memoria. Durante una semana los distintos actores de la Facultad realizan actividades de conmemoración y reconocimiento, es un trabajo colectivo entre equipos de cátedra, organizaciones estudiantiles, equipos de investigación. Cada una de las actividades da cuenta de diferentes perspectivas sobre el hacer memoria.

Un docente me comenta que es parte de la expresión de la formación de ciudadanos para que la historia no se pierda, que siga viva, que esté vigente, porque la defensa de los derechos humanos es parte de nuestra profesión y no hay ejemplo más concreto que darle un nuevo sentido a este espacio.

¿Por qué llama mi atención? Porque nos invita a pensar una posibilidad de hacer memoria, a que los espacios que permita resignificarlos y darle un sentido de identidad y memoria colectiva. Que la Facultad de Trabajo Social se instale en un espacio como este resulta sumamente significativo para una profesión que buscan la defensa de los derechos humanos, la justicia social y el pleno reconocimiento de los sujetos, además, de formar profesionales críticos.