El año 2020 se ha presentado como un acontecimiento particular en la vida como la conocíamos. Vivenciamos una pandemia de salud mundial, y con ello, experimentamos el grito desesperado por los dolores que ello trae consigo, como también, por esas angustias cotidianas que vienen de la mano de la falta de Derechos que garanticen la asistencia en medio del caos y el dolor. Nuestra región, Latinoamérica, lo ha experimentado con creces, y Chile también.

En el caso de nuestro país, hemos transitado diversas crisis. Recordamos el 2019 con la revolución popular. Apreciamos como el grito por Derechos y Justicias, se volvió una lucha cotidiana, que se incrementó (incluso) en medio de habitar el COVID-19. Recorremos caminos en medios de cambios, como ha sido la votación del pasado octubre, en donde Aprobamos una nueva Constitución y apostamos por la Asamblea Constituyente.

En es transitar las crisis, nuestra disciplina (que es profesión al mismo tiempo) se vio tensionada igual que las vidas de tantas y tantos. Es por ello por lo que desde ACHETSU nos parece relevante conmemorar un día más del Trabajo Social chileno, desde un espacio en que revisemos los legados que nos movilizamos, como también, construir y reconstruir desafíos contemporáneos. Detenernos, y revisar. Tomar fuerzas, pues la lucha siga. Hasta que la dignidad se haga costumbre.